Sin señal: ¿a quién le dedicas tu ancho de banda?

Uno de los avances tecnológicos que ha cambiado la forma de trabajar y mantenernos comunicados ha sido el desarrollo de redes inalámbricas o Wifi. Hace diez años no éramos dependientes de la conectividad, pero hoy en día se ha vuelto una necesidad estar conectados.

Aun cuando las señales de radiofrecuencia no las podemos ver, sabemos que están allí y las utilizamos en nuestros dispositivos móviles con un simple propósito: estar conectados sin restricción de lugar, horario o velocidad. En otras palabras, queremos conectividad y movilidad.

En los años que tengo de trabajar en el área de las telecomunicaciones me he dado cuenta de que hay factores que pueden hacer que una conexión se vuelva lenta o que deje de funcionar. Y los dos principales son:

  • Interferencia de otras señales.
  • Saturación del ancho de banda por tráfico de datos no deseados.

Esto me hizo recordar que hay una comunicación inalámbrica que ha existido desde hace miles de años a la cual puedes acceder desde cualquier lugar, a cualquier hora y a una súper velocidad. En otras palabras, siempre está disponible: es la comunicación con Dios, la cual es la más importante. Pero no debes dejar de lado la conexión que debes tener con tu esposa y con tus hijos.

Al igual que con las redes inalámbricas (Wifi), este tipo de conexiones también se ven afectadas por las interferencias de otras señales o por la saturación del ancho de banda.

Hoy quiero compartir contigo algunos consejos acerca de cómo puedes evitar las interferencias y quitar de tu ancho de banda aquellas cosas que hacen que tu conexión con Dios, con tu esposa o con tus hijos no sea la adecuada.

Eliminar interferencias

Vivimos en un mundo donde las circunstancias, los problemas y las situaciones adversas nos mandan señales a nuestra mente que hacen que nuestro ánimo y fe decaigan y, esto provoca que dejemos de estar conectados con Dios por medio de la oración. O simplemente nos aislamos de las personas que pueden sumar a nuestra vida y perdemos comunicación con ellas.

Somos seres emocionales y las situaciones difíciles provocan que las emociones dominen nuestra capacidad de pensar y tomar decisiones. El problema de tomar decisiones emocionales es que casi siempre son decisiones equivocadas. Recuerda que las emociones te abandonarán en el peor momento de tu vida.

Lo mejor que puedes hacer cuando exista este tipo de interferencia es someter tus emociones a las convicciones que tienes en Dios por medio de Su Palabra.

Regresemos un momento al tema tecnológico. La mejor manera de eliminar las interferencias en una señal inalámbrica es bloqueando las señales externas y aumentando la potencia de la señal que necesita propagarse. En el área espiritual y emocional es igual: debes bloquear las voces o pensamientos que son contrarios a lo que Dios dice y que afectan tu conexión con Él y tus seres queridos.

La mejor manera de bloquear estas señales es aumentando la frecuencia del tiempo que utilizas para comunicarte con Dios y el tiempo que pasas con tu familia.

¿A quién le dedicas tu ancho de banda?

El ancho de banda es la capacidad que tiene una conexión de procesar información en un tiempo determinado. En nuestra vida, casi siempre dejamos nuestra comunicación con Dios, la comunicación con nuestra esposa o con nuestros hijos, a expensas del tiempo que nos sobre para poder conectarnos con ellos.

Es muy posible que tus prioridades no estén ordenadas de la manera correcta y estés dedicando más ancho de banda —es decir, tiempo y esfuerzo— en cosas que para ti son mas importantes. y no a las que son prioritarias y urgentes. Por ejemplo: puede ser que estés afanado trabajando 18 horas al día para dejarle a tus hijos una herencia, pero te estás olvidando de pasar tiempo con tus herederos. Las dos cosas son importantes, pero ¿cuál de las dos debería tener mayor prioridad u ocupar tu ancho de banda?

La Biblia nos enseña que en donde esté nuestro tesoro también allí estará nuestro corazón (Mateo 6:21); es decir, allí estará nuestra energía, pasión, tiempo y esfuerzo.

Todo lo que hacemos es importante, pero no todo tiene la misma prioridad. Cuida tu conexión con Dios y con las personas que son vitales en tu vida. Desecha las cosas que solo te quitan tiempo y no suman ningún beneficio a tu vida personal, familiar y espiritual.

Mantente conectado con lo que realmente vale la pena.

David García