Soltar el control remoto

Recuerdo que cuando era pequeña nos teníamos que levantar para cambiar el canal en la televisión. Luego crearon el control remoto con un cable conectado y años después vino el famoso control remoto inalámbrico. Este aparato le da el control a la persona que lo tenga para que ponga su programa favorito sin levantarse de su lugar.

Como padres pareciera que nuestros hijos son dirigidos a control remoto: controlamos todo. No se trata de dejarlos hacer lo que quieran sin dirección. Eclesiastés 3:17 dice: “hay un tiempo para todo”.  En la crianza de los hijos hay un tiempo para formarlos, dirigirlos y enseñarles para que sean adultos independientes.  Llega ese tiempo en que nos toca contemplar la cosecha de lo que sembramos.

Una persona controladora es alguien que intenta mantener la autoridad o el poder para tomar decisiones sobre las demás personas. Este comportamiento incluye desde decirle directamente a alguien lo que puede o no hacer, hasta hacerlo sentir culpable. A menudo, las personas controladoras acaban descartando por completo las necesidades de aquellos a los que controlan. El principal motivo es el miedo al fracaso y a lo que los demás piensen de ellas.

Como madre les abro mi corazón. He aprendido a soltar el control, pero puedo decir que logré avanzar bastante. Entendí que esa actitud no solo me desgastaba a mí, sino también a mis hijos. Aprendí a descansar en el Señor. Sé que hay cosas que no puedo controlar. Soy flexible ante los acontecimientos que no salían como yo los había planeado porque las cosas no salen siempre perfectas. Todo es mucho más sencillo si lo dejo en las manos de Dios y confío en Él. Si algo no sale bien, me recuerdo de Romanos 8:28: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. 

Te invito a que le des el control remoto de tu vida y la de tus hijos al Jesús. Confía y descansa en Él. Te aseguro que vivirás con tranquilidad y también los que están a tu alrededor. Puedes mostrar tu fe cuando ocurre algo que está fuera de tu control y te estremece. Aprende a soltar el control.

Vanessa de Benecke