Ojos que no ve, corazón que sí cree

Estoy seguro de que muchos de nosotros hemos orado a Dios pidiendo que nos de fe para creer por cosas mayores que las que ya hemos alcanzado.

Los discípulos también le pidieron lo mismo a Jesús en una ocasión. Le dijeron: “Señor auméntanos la fe” (Lucas 17:5). Los discípulos sabían y entendían que hay varios niveles de fe y querían tener un nivel más alto para seguir creyendo en Jesús y no dudar.

Los seres humanos percibimos nuestro entorno y nuestra realidad por medio de los sentidos y sobre todo por el sentido de la vista. Lo que nuestros ojos nos muestran es nuestro presente, lo que materialmente estamos viviendo hoy; pero la fe nos muestra lo que Dios tiene preparado para nosotros en el futuro. Todo aquello que vamos a disfrutar y que Dios nos ha prometido para nuestra vida.

2 Corintios 5:7 nos dice que debemos caminar por fe y no por vista; y por eso te puedo asegurar que nadie que haya visto su futuro a través de los ojos de la fe ha quedado decepcionado.

La mejor arma que el diablo utiliza contra los hijos de Dios se llama desánimo y  la utiliza precisamente para sembrar duda en nuestra mente y corazón; y así hacer que nuestra fe, en vez de crecer, vaya menguando.

Muchas veces nos hemos preguntado cómo puede crecer nuestro nivel de fe. Realmente deberíamos hacernos dos preguntas, y la primera es: ¿Cómo puedo mantener mi nivel de fe actual? Y la segunda: ¿Cómo puedo alcanzar el siguiente nivel de fe en mi vida?

La respuesta a la primera pregunta la encontramos en Romanos 10:17: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. La única manera de mantener la fe que ya tenemos y no permitir que el enemigo nos haga dudar es escuchando la Palabra de Dios constantemente, leyendo la Biblia, escuchando las predicas en la Iglesia y en tu grupo de amistad para que puedas responder a las mentiras del enemigo de acuerdo con la Palabra y de la misma manera en que Jesús le respondió cuando fue tentado en el desierto.

La respuesta a la segunda pregunta la podemos encontrar en Romanos 4:18-21, donde leemos cómo Abraham pudo fortalecer su fe y hacer que creciera cada día más. En estos versículos encontramos las siguientes claves que podemos aplicar en nuestra vida para hacer crecer nuestro nivel de fe:

  • Creer en esperanza contra esperanza. Esto implica creer en la esperanza que tienes en las promesas de Dios y no en la esperanza que el mundo y las personas puedan darte.
  • No se debilite tu fe en medio de las circunstancias adversas. De acuerdo con la lógica humana era imposible que Abraham y Sara pudieran tener hijos. Abraham era un anciano y Sara había sido estéril toda la vida, pero aun con todos los pronósticos en contra, la fe de Abraham, lejos de debilitarse, se fortaleció y aumentó.
  • Nunca dudar. En Santiago 1:6 dice: “Pero pida con fe, no dudando nada…” El problema no es que de repente llegue una duda a tu mente, sino que hagas que la duda crezca dentro de ti hasta el punto de desplazar y ahogar tu fe. Abraham no dudó, sino que fortaleció su fe dando gloria a Dios. Darle a Dios la honra y la gloria en medio de las circunstancias seguramente hará que tu fe alcance un nuevo nivel.
  • Estar convencido. Esto significa estar plenamente seguro de algo, de tal manera que no se pueda negar o dudar. Abraham estuvo plenamente seguro de que Dios era Todopoderoso para hacer lo que le había prometido, aun cuando posiblemente los amigos, las circunstancias, el razonamiento y la lógica humana le decían que no era posible tener una descendencia. Cada vez que llega a tu vida la duda y tú permaneces convencido de las promesas de Dios para tu vida, seguramente estarás alcanzando un nuevo nivel en tu manera de creerle a Dios.

La Biblia dice que sin fe es imposible agradar a Dios. Y si queremos ser agradables delante de Él debemos tener fe. Cada vez que nuestra fe es incrementada y alcanzamos un nuevo nivel, también estamos alcanzando un nuevo nivel en nuestra manera de agradar a Dios.

Hoy te invito a mantener el nivel de fe que ya tienes y así te mantengas agradable delante de Dios; pero también quiero retarte a que alcances un nuevo nivel de fe porque estoy seguro de que cuanto más agradable seas a Dios por medio de tu fe, más cosas extraordinarias e impresionantes pasarán en tu vida.

¿Aceptas el reto?

 

David García