Fui la elegida entre miles
“¡Y la ganadora es… Vanessa de Benecke!” Algo así me gusta imaginar que sucedió en el cielo cuando Dios buscó quién era la mamá indicada para mis hijos. Creo en mi corazón que fui la mejor elección entre muchas mamás; no es porque sea perfecta, sino porque el Señor vio algo en mí y me confió la vida de dos personas —de las cuales, estoy convencida— que harán una diferencia en su generación.
En la Biblia vemos la historia de una mujer que fue escogida para ser la madre del varón que iba a comenzar a librar a Israel del yugo de los filisteos. En Jueces 13:3-5 (NVI) dice: “Pero el ángel del Señor se le apareció a ella y le dijo: «Eres estéril y no tienes hijos, pero vas a concebir y tendrás un hijo. Cuídate de no beber vino ni ninguna otra bebida fuerte, ni tampoco comas nada impuro, porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja sobre su cabeza, porque el niño va a ser nazareo, consagrado a Dios desde antes de nacer. Él comenzará a librar a Israel del poder de los filisteos»”.
Dios escogió a la esposa de Manoa como la madre de Sansón. ¿Cuáles serían las características que llamaron la atención de Dios para bendecir a la mamá de Sansón de esa manera? Una de las más importantes era la obediencia. Ella recibió instrucciones específicas para el embarazo y para la crianza de su hijo. Si ella no hubiera sido obediente, no se hubiera cumplido el propósito de Sansón.
Debía dejar de comer algunos alimentos para no contaminarse y no trasladarlos al bebé. Seamos congruentes con lo que les pedimos a nuestros hijos y con lo que hacemos nosotros como padres. Por ejemplo, si le pedimos a nuestros hijos que coman saludable, no tienen por qué vernos comer comida grasosa. Procuremos guardarnos de no contaminarnos con lo que vemos y oímos porque ellos nos observan y nos imitan.
Como mamá he procurado buscar la dirección y la sabiduría de Dios para proveerles las herramientas necesarias a mis hijos. Estoy consciente de que Johann y Kathy tienen una asignación muy importante en este mundo; desde que eran pequeños vi cómo han sido guiados por Dios. ¿Ha sido fácil? No, para nada. Como mamá he querido intervenir, pero el Señor con Su amor me ha pedido hacerme a un lado y he sido obediente. Aunque me ha costado, veo el fruto de confiar, orar y creer en que Él tiene el control.
¿Sabes cuál es el propósito de cada uno de tus hijos? Si aún no lo sabes, búscalo en Dios. Te sorprenderás y comprenderás por qué fuiste la elegida.
Vanessa de Benecke
Cabeza de red
Red de matrimonios jóvenes – Casa de Dios