Si un hubiera fuera real
Hace unos meses, mi esposo estuvo internado una semana en el hospital, su pronóstico no era muy alentador. Cada vez que los médicos me hablaban, muchas cosas pasaban por mi mente. Y es que nunca estamos preparados para atravesar momentos tan complicados y procesarlos de la mejor manera. Dios obró, literalmente, un milagro en la vida de mi esposo y su recuperación fue sobrenatural.
Hoy te quiero abrir mi corazón. En medio de este proceso hubo momentos en los cuales mi fe se debilitaba y luego tomaba fuerza. Entre lágrimas le entregué al Señor a mi esposo y me rendí a su voluntad.
Y es allí donde vino a mi mente esta palabra: ‘hubiera’. Hubiera sido más cariñosa, hubiera pasado más tiempo con él, hubiera, hubiera… y en ese punto me di cuenta de que solo se vive una vez. Así que la oportunidad que Dios nos había regalado la iba aprovechar de mejor forma.
Hay personas que viven en él hubiera… quizá tu matrimonio terminó o está en una crisis, y te atormenta el hecho de pensar en que si hubieras hecho esto o aquello, todo sería diferente.
El hubiera nos debe servir solo para reflexionar qué hice, por qué lo hice y qué puedo hacer de manera diferente. Aprendamos de nuestras decisiones para que en el futuro actuemos de manera distinta, ya que no podremos cambiar el pasado.
Bien nos lo dice Pablo, en Filipenses 3:13-14 (RVR1960): Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
En procesos similares la “culpa” te perseguirá y querrá atraparte. ¡No la dejes! Vivir con culpa es como vivir con un ancla, no avanzas. Reflexiona, cambia lo que debas cambiar y mira hacia un futuro lleno de las bendiciones que Dios tiene para tu vida y no pierdas la esperanza: de la mano de Dios todo tomará sentido, cree y confía. Él ‘hubiera’ no es volver al pasado, es una oportunidad para preparar el futuro.
Por Vane Benecke